Más que un trabajo es mi segundo hogar, un lugar mágico.

Por: Jonathan Vera. Para Julio Vera una de las cosas más importantes es su trabajo, pues es el lugar que le ayuda a mantener a su familia y logra que sus amigos sean felices o así lo catalogan ellos, Julito es felicidad y el lugar se vuelve mágico.

Julio tiene 40 años, su cabello es de color negro o lo poco que le queda, pues prefiere andar rapado, sus ojos son de color café, tiene cejas gruesas, sus brazos y piernas son algo musculosas, piel clara, odia tener barba, mide 1.72 cm y su actitud es muy extrovertida cuando se trata de alegrar a sus amigos.

Él vive al sur de Quito, en el barrio Nueva Aurora, no logró terminar sus estudios y ahora trabaja en el Bar y Billar Will y Cor que son las iniciales de sus sobrinos, Willian y Corina. Empezó a trabajar hace aproximadamente unos 17 años con su esposa, es su lugar de trabajo con el cual mantienen a su familia.

El local es muy espacioso, tiene cinco mesas de billar que son de color café y los paños de color verde claro; los tacos son color marrón y otros con un tono color hueso listos para taquear y encajar las bolas en cada buchaca y así ganar una cerveza o un traguito que es lo que habitualmente se apuesta ahí y que se lo acompaña con las canciones de fondo que son complacidas por Julio que por lo general son rocolas y corridos.

Julio o “Zorro viejo” como lo conocen por lo que bien que juega, ha hecho grandes amigos en su trabajo y uno de ellos es Brya que contó que: “Cuando era menor de edad me dejaba entrar a la billa hasta las 7 de la noche para aprender a jugar” y otro recuerdo fue: ““Nos hemos chumado hasta las cuatro y salir cinco o seis de la mañana de aquí, he dormido en la mejor mesa de billar con almohada y con cobija” Bryan

El lugar se ha convertido en la casa de las personas que vienen a consumir por el gran ambiente que se vive ahí, pues así es como lo describen las personas del lugar y, sobre todo, se vuelve tan divertido ya que el que hace las bromas es Julio, es quien pone la fiesta en el Bar y la gente lo disfruta, así lo dice su esposa Verónica: “Lo más chistoso que pasó aquí fue en año viejo que se vistió de viuda, “le pegaron”, quemaron el viejo y todos contento porque fue muy emocionante” y no solo ella, también Cristian conocido como “Cocho” dijo: “Es una persona bien bacana, linda, bien chévere y le queremos, nos llevamos años”.

Los días que más gente va son los viernes y sábados, todos los amigos se reúnen para disfrutar de un par de cervezas, el olor de unos cuantos cigarrillos que recorren el lugar y el ambiente que pone el dueño del local para que se vuelva diferente al de todos y en especial para Julio que dice ser un lugar mágico a pesar de no ser el mejor trabajo, pero al hacerlo con amor para su familia lo vuelve especial.